viernes, 25 de mayo de 2012

miércoles, 14 de marzo de 2012

Un viejo cuento que me solían contar cuando era pequeña


Erase una vez la increíble historia de una niña cobarde e insegura , para no llamarla por su autentico nombre, la llamaremos Patricia.
Patricia vagaba por el mundo casi totalmente sola, enamorada de los pequeños detalle, y de la primavera. Pero Patricia no era perfecta, ¡oh no!, si no todo lo contrario. Se sentía a menudo la peor persona de este Mundo, se sentía sola, y no se quería para nada a si misma. De vez en cuando (generamelente cuando llovía) huía a su pequeña habitación, subía el volumen de la música y lloraba. Sí, lloraba. Patricia nunca se había querido. Todo lo contrario. Odiaba cada una de sus virtudes, y sus defectos le daban asco. Su vida la veía como un camino lleno de piedras, de dolor y de tristeza... Hasta que un día (hará unos cinco años) apareció alguien en su vida, una chica de a penas 12 años (para no incluir datos reales, le llamaremos Tamara). Tamara estaba cargada de energía, de cariño, de aventuras... Pronto se hicieron amigas hasta límites imposibles. Aunque a veces discutían, se enfadaban, o deseaban matarse, Patricia sabía con certeza que Tamara era uno de los pocos regalos que la vida le había dado. Disfrutaban juntas, se contaban todo lo que les ocurría, y sonreían y lloraban juntas. La vida les dio muchos golpes, y supieron superarlos. Pero cuando Patricia pensaba que lo mejor ya había llegado se equivocaba. Un día, en una clase comenzó a hablar con una chica (la llamaremos Irene), las cosas empezaron genial. Esa chica le hacía sonreír, vivir, y tocar el cielo con las manos. Evaporaba la tristeza y la soledad. Patricia la consideró una amiga desde el minuto cero. Desde hace al menos cuatro años, empezaron a convivir, no juntas entre las tres, pero hace dos años las cosas cambiaron. Quién sabe, a Patricia le gusta pensar que es el destino, que a veces guarda regalos como esas dos. Y desde ese verano de hace dos años, están juntas. Sonríen, se ayudan, se quieren, han aprendido a admirarse, a aguantarse... Patricia me contó una vez que ya no ve la vida sin ellas, que son lo más bonito que tiene, y que no las dejará marchar, aunque a veces tenga errores y fallos de esos que dan ganas de pegar una colleja... Se arrepiente siempre. Lo único que ella busca esa sacarles una pequeña sonrisa a las dos, y saber que están bien y son felices. Hace tiempo que Patricia teme a la distancia o a perderlas, pero se hace la valiente y la fuerte y pelea... Como nunca ha pensado que pelearía. Pelea por ellas, por las tres, pelea por el destino, y porque no exista el final para este cuento.
Moraleja: Cuando quieras algo, no dejes que escape.

lunes, 30 de enero de 2012

TRES

Si metes en un saco números del 1 al 100, probablemente saque el 3. Y no será cosa del azar, ni pura suerte, simplemente, sacaré el número que quiero. Aquel que he elegido, porque es ese número que me importa. Es lo que somos. Y lo que seguiremos siendo. Por mucho que alguien piense lo contrario. Esto no es más que un comienzo de una historia. Una historia que se tuerce y que tiene obstáculos, como el bosque de Caperucita Roja. Pero es una historia en la que se ve la salida. Una salida satisfactoria, que nos beneficia a todas. Nada imposible de conseguir, pero sí difícil. Jamás diré que la vida es un camino lleno de rosas, pero sí leereis que, de vez en cuando, nos llega el olor de alguna de ellas. Que cada día que pasamos juntas, puede que sea el mejor de cada semana, o simplemente el más especial. Ya no me imagino sin vosotras. Y desde luego, no quiero un círculo perfecto, quiero un triángulo.

jueves, 5 de enero de 2012

He pintado mi corazón con el rojo de tus labios






Si el año lo terminamos juntas, ¿por que no empezarlo? Así, antes de no volvernos a ver en un tiempo. Así, casi casi, despidiendo las vacaciones y diciéndole de espaldas "hola" a la rutina. Rutina que pone a cada uno en su lugar y nos separa durante toda la semana. Queda el consuelo de que estas vacaciones han sido muy grandes a vuestro lado. Nos veremos muy pronto las tres de nuevo, juntas.

sábado, 31 de diciembre de 2011

Me dejé la vergüenza olvidada en el fondo del vaso en el último bar.







Y así, con una buena tarde ponemos fin a este año 2011. Juntas. No recuerdo si lo empezamos así o no, pero lo bonito es que llegó y ahora no dejaremos que se vaya. Ya os lo dije varias veces, pero es que hoy 31 de Diciembre os lo recordaré.
-Siempre, pequeñas. Siempre.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

Como un delirio de alcohol de mil noches en vela

Somos sólo polvo de estrellas, diminutos gramos con los que poder volar a un lugar del que nadie quiere regresar. Somos cada sonrisa pintada en la cara del más viejo trovador cantando varias estrofas de amor. Somos la letra H, esa que aunque no se pronuncie, no pasa desapercibida. Somos esa cantidad de sal que hay en el mar, incalculable y rica. Somos cada beso de buenos días y cada rayo de sol que se cuela por tu ventana. Somos eso que te esperas, y a la vez cada sorpresa. Intenta entenderlo, nosotras no somos capaces.